De las catástrofes nacen las buenas ideas, las decisiones reales. Nacen los sentimientos de verdad y salen todas las mentiras jamás contadas. De las catástrofes sale el amor, lo bonito y lo no tan bonito.
Y no hay nada más o menos bonito que un recuerdo, la catástrofe que produce un recuerdo dentro de nosotros. Lo maravilloso y destructivo que puede ser y la cantidad de veces que viene sin avisar.
Para esta vida, para la siguiente y, claro que en las anteriores, solo necesitamos a alguien que se quede a nuestro lado mientras recordamos. Y que nos haga sentir que los recuerdos forman parte del presente, que el presente y el futuro son uno y que da igual la distancia, siempre habrá un motivo para seguir recordandonos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario