De repente, dejé de respirar, solo quedó un vacío...y un montón de recuerdos, un montón de puñaladas...y también mil ganas de desaparecer, de volar lejos, de volver a notar el calor aun en soledad.
Escribiendo se me cura el alma, escribiendo me olvido un poco y se queda el papel con todo mi dolor... A veces es cuestión de ver el lado positivo o más bien, dejar de ver el negativo... De reírse aunque duela, de leer entre lineas la vida, de entender lo justo...pues cuando más entiendo, menos feliz soy. De otra manera, es hora de empezar a dibujar el día a día con otro color, con otro trazo... Esta vez, voy a quererme primero a MÍ... y nunca dejaré que nadie se lo lleve todo, porque al fin y al cabo dárselo todo a alguien no sirve de nada, dar todo lo bueno de ti a alguien se queda corto siempre. En cambio, cuando te lo das todo de ti a ti mismo, no hace falta nada más.
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