Según la actitud que le ponga uno a la vida, a las relaciones, a las responsabilidades y a uno mismo así se irá trazando el camino (mejor o peor) en cada ámbito.
La actitud debe ser la adecuada, y muchas veces, cuando creemos que todo sale mal, que las cosas nunca cambian debemos pararnos a pensar, si quizás lo erróneo es nuestra actitud. Pero, también es verdad, que nuestra actitud no tiene que ser la misma en todos los ámbitos de nuestra vida. Por su puesto, nuestro carácter es una parte muy influyente de nuestra actitud, puesto que describe nuestra manera de pensar y de actuar, pero hay que saber separar cada momento con cada actitud.
La actitud no son las aptitudes, son las ganas que le pones a algo y la manera de responder frente a impulsos tanto positivos como negativos. Si pasa algo bueno, saber encaminar las emociones buenas de manera que se disfrute y a la vez no se pretenda más y más. Y si pasa algo malo hay que saber filtrar, de tal manera que lo malo entre y salga de la misma manera, causando, obviamente algún estrago, pero no matando la actitud "positiva".
Todo está en la mente dicen, en realidad, está todo en la actitud.
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