esa afición de buscarle más pegas a algo de lo que en realidad tiene.
El hábito inaudito de salir a pasear a solas contigo mismo cuando todo va mal.
El placer que encuentras en estar tumbado en el césped, de noche contemplando las estrellas en silencio.
Gozar cuando el viento te roza la cara, esa sensación de frío que acompaña el momento.
Y darte cuenta de que todo sigue igual...
Que hay veces que las cosas no se solucionan,
que ocurren así...
igual que una tormenta de verano.
Yo, no encuentro mayor éxtasis que la escritura. Inigualable esta sensación.
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