Aunque más que irse, lleva en el mismo sitio latiendo desde hace un par de años... no se, no se el motivo, ni el porqué. ¿Será el frío? ¿Será la magia del lugar? ¿Será un hechizo?
No se lo que es, pero quizás eso también es un factor influyente, la inocencia, las ganas de saber más y de conocer...la incertidumbre.
Ya no se cuando, pues perdí la noción del tiempo...la relatividad. Lo único que se, es que algún día mente y corazón volverán a reunirse en el mismo lugar y no volverán a separarse. Pero antes de que eso ocurra, habrá un corto acercamiento, pronto, donde frente a frente se vean la mente y el sentimiento. Se paren a hablar y a discutir, como lo hacen en los jardines del Louvre cada día millones de personas. A decidir, cuándo. Pues ya no queda más que decidir, una fecha, un día, un año...entre este y el que viene.
Y se que para entonces, el frío dejará de ser un problema, pues no hay más frío que el de estar lejos del corazón, lejos de escuchar latir tu alma, un alma hoy incompleta.
Espérame, París.
xxx
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