Dale, corre, respira. Mira el cielo, es un manto de burbujas blancas y esponjosas.
Coge impulso y despega, siente el aire en el rostro. Eso, eso es la calma.
Cierra los ojos, siente este olor a libertad, hoy es un buen día.
¡Vamos! No lo dejes escapar, sube en este tren, salta, ríe, suelta tu pelo al viento.
Despliega tus alas, deja que tu mente haga sus propias historias,
que todas las flores del mundo estén reunidas rodeando tus brazos, abrazándote el alma.
Ríe más alto, dentro está floreciendo algo tremendo. ¡ERES TÚ!
Mira tu presente, dibújalo como más lo deseas, como siempre lo has deseado.
¿Lo oyes? Alguien está gritando tan alto y a la vez tan suave...
No tengas miedo a buscar esa voz a abrirle la puerta para que sus cuerdas vocales estallen de una vez
para decir todo aquello que nadie sabe y que se esconde en algún lugar.
Hoy voy a escuchar esos gritos, a dejar que los monstruos bailen.
Hoy la he encontrado, he encontrado mi razón inquieta.
Hoy parece que las cosas van mejor.
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