La música de fondo, siempre, una banda sonora.
Disfrazando las noches de amor en poesía cada mañana.
Felicidad; quizás estuvo siempre ahí y nunca supimos verla.
El pensamiento. El futuro. El porvenir en una isla.
Y por fin aprendimos a olvidar, a volar, a dejar atrás las nubes, los claros, los lastres.
Respira, hay demasiado oxígeno ahí fuera esperando.
Y sino, pues lo pintamos. Y nos vamos y volvemos a por más.
Si total, será por versos, por besos, por vernos.
Por quedarnos mirando y hacer y deshacer.
Al final del túnel no se que hay, aún no he llegado.
De camino; tinta, papel y deep house.
Y ¡¡Joder!! No veas qué subidón.
No necesito nada más.
No hay comentarios:
Publicar un comentario