No es demostrar, no es divertido.
No es gracioso ni bonito.
Y para qué engañarnos, tampoco es real.
Llenar un vacío, así, a capón.
Porque sí, sin más, no, no es real.
Nunca fue real y nunca lo será.
Y...ya, a mi siempre me gustó más perderme. ¿Y qué? Si una vez más no supe encontrarme, ni yo, ni tú, ni nadie. No fue culpa de nada, de nadie.
Bueno, nadie dijo que fuera fácil, porque yo nunca lo fui.
Y así, al final, se esfumó. Se lo llevó el viento. Una vez más. Una vez más no era más que humo.
Pero jamás se pierde lo que nunca se tuvo,
así es. Difícil, sin lágrimas. Difícil, como cada palo, de esos que ya no duelen, sin embargo te hacen más fuerte.
Hay que dejarlos salir. Que salgan los demonios a bailar. Tú siempre serás la reina, aún cuando te pierdas, aún sin coronas y sin paciencia. Aún sin modales, con ese carácter a veces complicado, aún sin entender..Y, más aún, sin explicación.
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