martes, 3 de septiembre de 2019

Tra te e il mare.

Desde el amanecer, junto al calor del sol y de tus brazos, hasta el atardecer, donde se escapa la luz y sigues, tan cerca. Porque aunque la luz se apague y no hayan señales en este túnel, tu me coges la mano y siempre intentas guiarme. 
Entre susurros, en el mar, como la brisa, aunque el verano se escape, tu siempre serás calor y ese estupendo olor a Mediterráneo. Porque desde que estas tú, no hay nada más que un montón de recuerdos de infancia a todas horas. 
Eres día y noche, eres mis ganas y mis desganas transformándose en sonrisas cada vez que te veo. Y, es que no te vas, ni aunque intente huirte. Transformando las tormentas en descargas de amor, ya sabes, que da igual que sean las 10 am o las 4 de la madrugada. Esos ojos, ese mirar tuyo y sentir la calidez de tu piel, como si fuera mía al mismo tiempo, porque ya te convertiste en algo tan mío que dejé de pensar en mí para pensar en nosotros. En nosotros que a veces en vez de por duplicado, diría que se transforma en 3, porque contigo lo quiero todo, mi Ángel...
Contigo he entendido por fin, que aunque nos separe la distancia, los kilómetros han dejado de ser lo realmente importante. Lo realmente importa reside en lo rápido que haces bombear mi corazón cuando apareces de repente...y tú, que agitas, que conviertes, que transformas...también calmas.
Y no hay calma más apacible que encontrar un abrazo en medio de la noche más oscura no hay nada más pleno que sentirse en casa con tus caricias.


sábado, 6 de julio de 2019

Sinopsis.

Duelo de corazones vacíos. 
Miradas apagadas y litronas llenas de movidas. La sociedad en la que nos movemos.
Respeto por las drogas antes que por las personas, y así nos va.
Robando de todo menos corazones y suplicando trabajo en vez de rezando en la iglesia.
Y así, contaminación, a todas horas respirando CO2...como si nos sobrase el oxigeno. Incendiando millones de hectáreas y echando la vista a un lado.
Qué pena.
Qué miseria.
Cuanto más ricos se creen, más pobres. Vacíos. Lastres. Sin ton ni son.
Así, de calle. Vistiendo como en los 60 y sin saber quien gobierna el país.
Y que toda la música sea reggaeton del sucio, empolvando los vinilos de valor incalculable.
Retrocediendo a sabiendas y nos creemos que vamos hacia adelante quemando toneladas de plástico mezcladas con basura por no saber ni lo que es un contenedor amarillo.
Pobre naturaleza, pobre sistema de crueldad sostenido, sin ser sostenido, con fecha de caducidad.
Y la indiferencia... Joder. ¡Qué pecado!
Ya nadie se preocupa de leer a Hemingway o de mirar las noticias, por aquello de enriquecerse.
Sí, bueno, nos enriquecemos de telebasura, de cuentos chinos y de corrupción mientras nos roban. Que ironía, ¿no?.
Qué sociedad tan retrógrada, haciendo y deshaciendo leyes, culpando y juzgando sin tener ni p idea.
Y qué decir de la independencia, si no se ha oído a nadie tanto ni hablar de la pobreza en el mundo, como por esta estupidez. Gastando millones en publicaciones, papel para periódicos, como si los árboles tuvieran la culpa... y minutos de televisión. Emitiendo más CO2, por si cabe duda. Vergonzoso.
La sociedad del cuanto más tengo, más quiero. Y cuanto más quiero menos valoro. 
Si ha perdido valor hasta la libertad, compartiendo por segundos cada movimiento que hacemos por redes sociales.
Y yo me pregunto ¿qué  nos queda? Si el futuro está corrompido, o...quizás este es el futuro del que hablaban nuestros antepasados. ¡Ay madre! Si levantaran cabeza.

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lunes, 3 de junio de 2019

Últimamente.

Hay días y días. Días buenos, en los que siento que todo lo que hago me llena por completo y días en los que no me encuentro ni cuando me miro al espejo.
Hay momentos en los que quiero correr tan lejos, tan rápido, tan fuera de todo el caos de mis sentimientos, que ni siquiera perderme me calma.
Y en cambio, hay días en los que no se cruza ni un solo mal pensamiento por mi cabeza. Soy feliz, sin necesitar apenas nada. Cuando no necesito la aprobación del resto, cuando escribo, leo, escucho música, camino... Cuando sin querer, vuelvo en mí, y veo la fortuna que poseo. Paz.
Pero, últimamente, no es tanta la cantidad de días buenos y días malos, sino la cantidad de días sin más.
Días neutrales, de esos en los que ni sonrío ni lloro. Días de esos en los que recuerdo momentos que hace unos meses me dolían y ya ni me inmuto. Ya no miro a los ojos, será que no quiero encontrarme en nadie. Siempre me perdieron las miradas.
Últimamente aborrezco el cariño, el amor, las muestras de afecto, los detalles, los besos, las caricias, las felicitaciones, los cumplidos y las tonterías. 
A día de hoy estoy tan fuera de mí y tan dentro que a veces da miedo. Tengo mis días de reflexión, pero ya no es como antes, ahora me da todo un poco más igual. Nunca se me ha dado bien el amor y menos el desamor. No se me dan bien las despedidas y mucho menos cuando no soy yo quien se va.
No se me da bien encajar porqués sin respuesta. No se me da bien hacer como si nada cuando duele.
Por eso. Será por eso que últimamente todo me resulta un tanto indiferente.


viernes, 28 de diciembre de 2018

Hoy caminando.

Hoy, caminando por Praga, me dí cuenta de que aquí ahora es todo como allí antes.
Siguen habiendo de esas tiendas donde entras y tienen que atenderte, donde no coges lo que quieres y pagas, sino que tienes que hablar por narices con el dependiente.
Y entonces, me dí cuenta de que al no saber checo y probablemente la señora de la caja de esa papelería de toda la vida, a su edad, no tuviera ni pajolera idea de inglés, iba a ser tan odisea todo, que decidí pasar de largo.
Y yo que solo quería entrar para comprar un cuaderno Din A4 para crear mi propio calendario para este año 2019, ya que, no suficiente con eso, un rato antes entré en la típica tienda de Kodak (de esas para imprimir fotos y hacer álbumes), donde también te tiene que atender el dependiente de la caja, razón por la cual también tuve que salir de la tienda a mitad de la cola.
Es como volver a los años 70, bueno, diré a los 90, porque a decir verdad, tampoco hace tanto que todo era tan así, tan humano, tan original, tan personal.
Aquí es todo un poco más como antes, incluso pasé por delante de una peluquería y seguían decoradas estilo vintage, bueno, "decoradas estilo vintage" porque en realidad llevan con esa decoración desde hace años y parece que se ha vuelto a poner de moda el estilo del cual ellos nunca han salido.
Dando una vuelta por esta bellísima ciudad que lucha entre el pasado y la globalización he encontrado tantos contrastes, que me quedé un poco en el limbo.
Estaba caminando sin rumbo y de repente vi una tienda que por la apariencia, según yo era una librería de estas antiguas. Al entrar, me di cuenta de que no, era una tienda en la que solo vendían mapas, mapas de todos los sitios del mundo.Sí, de TO-DOS, clasificados por continente, país, ciudad, pueblo,etc. Estanterías llenas de planos, de guías turísticas y, como todo el mundo se puede imaginar, la tienda estaba vacía, exceptuando dos personas de unos 40-50 años que se encontraban en el interior un poco sin saber lo que buscaban, como yo, que salí a los 5 minutos. Y bueno, claro, al salir iba pensando ¿habrá gente que sigue comprando mapas/guías a día de hoy? Pues, sí, Google Maps se ha comido esa necesidad también, ¿o no?.
En el trayecto hacia ninguna parte, 100 metros más adelante, al lado de la discoteca donde salí unas noches atrás, vi un callejón al que se accedía por un arco de piedra de esos que ni siquiera se han molestado en retocar a pesar de estar medio cayéndose. No sabía lo que me iba a encontrar dentro, la verdad es que entré por inercia y curiosidad. Y allí estaba, una bonita iglesia, a la cual, lógicamente, decidí entrar, y, fascinada por la belleza de la misma me quedé embobada mirando cada detalle durante unos 15 minutos. Había un ambiente tan tranquilo, la iglesia era luminosa, pues el techo era de cristal y entraba la luz del sol que daba gusto. Vamos, yo pensé, cualquiera que entre aquí tiene que quedarse asombrado de esta maravilla; hasta que me di cuenta de que había gente que solo entraba para sentarse y ponerse a mirar Instagram, Facebook, etc. Sí, sí, durante los 20 minutos en los que estuve mirando cada detalle de ese precioso edificio, había gente que ni siquiera se inmutaba y que no iban más allá de la pantalla de su móvil.
Entonces, un tanto indignada, decidí salir de allí, pensando en la imagen que muchas veces damos sin darnos cuenta. A ver, que es mejor no darle importancia a lo que el resto piense, pero muchas veces se nos va de las manos, en general, tanto modernismo, tanta globalización, y en general, tanto avance.

Hoy caminando...me dí cuenta de que tengo que caminar más, que nada abre más la mente y te hace ver las cosas como van y como vienen que salir a ver el mundo en el que vivimos.



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miércoles, 26 de septiembre de 2018

Simple

It's simple, we have to simplify the method, the way we look through the real things ... cause we never know, it might be just a dream.
Music is the BSO of this evanescence, the meaning reason of this everything, the melody of anything.
Written words of each day, ghost thoughts that reminds the whole days passing. Alive in a world of lacks dressed in lights that take part each night. Now I can see, there are no lights without shadows, or, maybe the lights are the reason of shadows.
Craving of addictive nosense things that never make sense but make everything being consistent theirselves.
It's cold outside, even if it's our fave weather we don't have remedy. We always wish what we don't have. That's the point baby, we don't deserve nothing because we have it and we don't want it.
Dreaming for free with what we used to have, missing what we never had.

jueves, 20 de septiembre de 2018

Pushback

Por si no lo sabías, escribo en mis ratos libres. 
Por si no lo sabías, todo lo que no saco con palabras se lo llevan mis ratos en silencio. En prosa o en verso, a veces feliz, a veces triste, aunque la mayoría intermitente. Así es la vida, intermitente, unos días arriba y otros días abajo. Una melodía en un pentagrama llamado vida, agudos y graves. Aún estoy aprendiendo los acordes, afinando las cuerdas. Recuerdo y olvido, aprendiendo siempre, pues de eso se trata.
Nadie dijo que fuera fácil, pero a decir verdad, cuanto más se complica, más engancha.
Y por si no lo sabías, esto es solo una breve introducción, lo verdaderamente interesante está dentro.

domingo, 26 de agosto de 2018

Ti dico una cosa se non la sai.

Voy a explicarte el sentido de todo esto, 
para que no quede en un recuerdo todo eso que tiene un valor incalculable.
Los días son de uno mismo, soleados aunque llueva y a 25º.
Las nubes se van y queda todo esto cuando atardece, el olor a humo que se nos escapa.
El verano termina y se lleva las historias que jamas volverán a repetirse.
Y, aunque no haya una foto de cada instante inolvidable,
el corazón está tan lleno, que se nos ha quedado sin memoria.
Aquí dentro hay giga bites de sobra para almacenar todos los momentos imprescindibles.
Pues, ahí está el secreto, en liberarse, en liberar de la memoria lo que no sirve y quedarse con todas las imágenes que quedan por vivir.
Ayer todo esto era un sueño y hoy es tan real que parece no serlo. Pero, para ser sincera...Da tan igual. Todo. 
Basta con que sea, como sea, donde sea. Los astros alineándose, después de tantos archivos basura.
El verano que no fue verano y ya se fue, tan relámpago. El verano del cual no despertar, del cual no escapar, porque nunca existió y es mejor que todos los veranos del mundo.
Un día todo lo que quieres será tan real que cuando lo estés viviendo ni siquiera serás consciente. Porque sí, a veces, los sueños son ahora.