jueves, 29 de marzo de 2018

Leerte.

¡Cómo voy a entenderte si no me entiendo ni yo!
Y es más, o quizás menos, eres un libro cerrado, complicado y a la vez interesante.
Causas intriga, ganas de leerte aunque nunca fui muy fan de la lectura.
Contigo, con esa carátula, simple, sencilla, minimalista, incomprensible...suscitas a comenzarte.
Aunque a veces quisiera acabarte, al menos para entenderte, entenderme o entendernos.
Pero...¿y si la magia está en la incertidumbre? En esas ganas de poco a poco ir abriendo y desmenuzando cada letra, palabra, sílaba, del libro de tu vida...
Lo interesante no reside en lo que conozco de tí, quizás lo interesante es saber tan poco. Y así, se que mañana quizás te abras un poquito...o quizás lo haga yo.
Y... ¡¡qué miedo!! abrirme, abrirte, leerte y dejar que me leas. Que el libro termine y no haya una secuela, un post, un "continuará..."
¡¡Qué miedo que desaparezcas!! Y contigo algo que se esconde en un pedacito de esta jaula llena de amor. Que te desvanezcas, que te evapores. Bueno, quizás ni siquiera hayas comenzado a ser algo y ya te hayas ido.
Maldita inseguridad, y estas ganas de huir, huirte, odiarte...pero, ya está.
Estás aquí dentro, muy dentro, en silencio, y si te marchas...me marcharé yo también.

Libreta, Cuaderno, Libro, Notas, Estudio, Escribir

lunes, 12 de marzo de 2018

El lado bueno de las cosas

El domingo se fue, como se van todos los domingos grises.
Ayer fue y dejó de ser. Como siempre. Como cada semana.
Como cada día, año, hora, segundo.
Se va, como las personas, los momentos, los ratitos buenos y los malos también.
Y hoy volvió a salir el sol y las ganas de;
De multiplicar las alegrías y de hacer de las tristezas un lienzo para guardar.
Para taparse, del frío, y ya está. Será que mirando el lado bueno de las cosas, se puede uno refugiar, cobijarse y abrigarse con el lado malo del que huir.
Tampoco creo que las canciones tristes deban acompañar solo a los días feos, al igual que las lágrimas no son siempre sinónimo de tristeza.
Al igual que las nubes no tienen que ser sinónimo de caos y el tiempo no tiene porque ser síntoma de comportamientos bipolares.
Tranquilidad, sosiego, paz. Hoy ha salido el sol, hoy ha salido el lado bueno de las cosas.


jueves, 8 de marzo de 2018

Deep

La cabeza a mil, los pensamientos a mil y el corazón a cero.
No saber, incertidumbre...sentimientos que se desvanecen.
Y...vacío.
Un vacío de esos que no se llenan con un par de copas. De hecho, vacían más. Y más.
Y más dejo de saber.
Estamos en la edad de cagarla, dicen. De romper, de llorar, de hacer lo que sea. De no deberle explicaciones a nadie más que a uno mismo.
Pero...y ¿qué hay de la conciencia? ¿qué hay de sentirse mal o bien? De eso nunca hablan.
De los sentimientos a mil con los pensamientos encontrados, chocando, haciendo ruido en medio del silencio de las palabras.
Vacío.

miércoles, 7 de marzo de 2018

La mitad

La mitad de algo, si es algo bueno, ¿es suficiente?
Recuerdo cuando era una fiesta París, siempre. Ese libro de Hemingway que poco entendía pero que me enganchaba. Bueno, la historia de mi vida.
No entender y engancharme, hasta el final, hasta las trancas, hasta quedarme sin aliento.
Que todos mis pensamientos fluyan y ronden un tema, un algo, un alguien.
Pero, siempre sin entender.
Y bueno, ¡qué más da! con que entienda, al menos, la mitad. O no, pues con la mitad de las alas un pájaro no puede volar, ni siquiera, tomar impulso, ni siquiera.
Creo que está bombeando el corazón, y no se si eres tú, o son mis ideales, utópicos, super ultra mega hiper exagerados. Como siempre. Como esto. Como lo nuestro. Va, viene, se vuelve a ir, y siempre vuelve a venir.
Quizás con la mitad pueda conformarme, con la mitad de todo ese rollo de siempre, con que vengas y dejes de irte. Ahórrate el viaje, quédate, con tus más y con tus menos.
Pues, prefiero que restes a mi lado a que sumes, sin mí, por ahí...sin mí.


jueves, 1 de marzo de 2018

Homenaje

Hoy es un día gris, y hace tantos días grises que no escribo que al fín me puse a escuchar Lana y todo ha cobrado sentido de nuevo.
A veces cuesta sentarse y sentirse a uno mismo, escucharse, recordar. Me he parado a pensar en lo rápido que pasa el tiempo porque nos pasamos la vida corriendo sin pararnos a vivir lo que ralmente importa.
Abrí la galería de fotos y eché el cursor hasta el límite de más antigüedad del fichero, hasta el 2014.
Entonces, ¡PAM! Golpe de realidad. Hace 3 años, hoy era un nuevo día, una nueva aventura de mi vida en Bruselas, 21 años recién cumplidos. Nuevos retos, nuevos amigos, nuevas experiencias...Aún recuerdo lo lento que pasaban los días, ¡Waw! será porque estaba viviendo y no porque lo estuviera pasando tan mal, como pensaba entonces.
Pues... al fin y al cabo el tiempo es lo más importante que tenemos, ya que este nunca vuelve. Y qué mejor regalo hay que los días pasen despacio, así, para saborearlos. Para correr...ya está el presente.

Un click, lo que sea, una persona, un momento, una situación, una desgracia, un golpe de suerte... y ¡BOOM! te entran estas ganas de escapar, de huir, de perderte, de volar, de desaparecer, lejos.
Cambiar de aires, vivir, sentir la vida, una aventura. Que la lluvia solo sea una circustancia más del día, nada importante, como si no nos importase mojarnos. Como si nos diera igual que se nos encrespara el pelo, pues al final, es una chorrada.

A mi la lluvia nunca me importó, creo. Me importa la lluvia interna, esa que si se desata no para, se convierte en tormenta, tornado, huracán y caos. Caos que lo destruye todo. Nervios. Tensión. Rabia.

Y... Desconcierto. Empiezan a sumarse las preguntas.Y las respuestas se largan o quizás nunca han estado. Pero siempre hay alguien que sin responderte hace que desaparezcan las preguntas. Que aunque esté lejos, está aquí, allí, siempre, porque sí, porque no, sin razón.


Escribir sin ninguna razón a veces le da razón a cosas que pensaba que no la tenían.
Hoy quiero abrir la puerta hacia cualquier lado que no sea aquí. Paris, Londres, Munich, Bruselas.
Hoy quiero volar, sentir las mariposas en mi estomago al despegar en un avión rumbo a cualquier parte.

Sumergirme en música, en Lana, en todo y en nada. Llueve aquí, arriba jamás llueve.
Volar.

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