jueves, 8 de marzo de 2018

Deep

La cabeza a mil, los pensamientos a mil y el corazón a cero.
No saber, incertidumbre...sentimientos que se desvanecen.
Y...vacío.
Un vacío de esos que no se llenan con un par de copas. De hecho, vacían más. Y más.
Y más dejo de saber.
Estamos en la edad de cagarla, dicen. De romper, de llorar, de hacer lo que sea. De no deberle explicaciones a nadie más que a uno mismo.
Pero...y ¿qué hay de la conciencia? ¿qué hay de sentirse mal o bien? De eso nunca hablan.
De los sentimientos a mil con los pensamientos encontrados, chocando, haciendo ruido en medio del silencio de las palabras.
Vacío.

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