martes, 3 de septiembre de 2019

Tra te e il mare.

Desde el amanecer, junto al calor del sol y de tus brazos, hasta el atardecer, donde se escapa la luz y sigues, tan cerca. Porque aunque la luz se apague y no hayan señales en este túnel, tu me coges la mano y siempre intentas guiarme. 
Entre susurros, en el mar, como la brisa, aunque el verano se escape, tu siempre serás calor y ese estupendo olor a Mediterráneo. Porque desde que estas tú, no hay nada más que un montón de recuerdos de infancia a todas horas. 
Eres día y noche, eres mis ganas y mis desganas transformándose en sonrisas cada vez que te veo. Y, es que no te vas, ni aunque intente huirte. Transformando las tormentas en descargas de amor, ya sabes, que da igual que sean las 10 am o las 4 de la madrugada. Esos ojos, ese mirar tuyo y sentir la calidez de tu piel, como si fuera mía al mismo tiempo, porque ya te convertiste en algo tan mío que dejé de pensar en mí para pensar en nosotros. En nosotros que a veces en vez de por duplicado, diría que se transforma en 3, porque contigo lo quiero todo, mi Ángel...
Contigo he entendido por fin, que aunque nos separe la distancia, los kilómetros han dejado de ser lo realmente importante. Lo realmente importa reside en lo rápido que haces bombear mi corazón cuando apareces de repente...y tú, que agitas, que conviertes, que transformas...también calmas.
Y no hay calma más apacible que encontrar un abrazo en medio de la noche más oscura no hay nada más pleno que sentirse en casa con tus caricias.