domingo, 23 de febrero de 2014

Me invento tu recuerdo.

El placer de pensarte. El placer de pensar que tu también me piensas. Imaginarte sonriendo, abrazándome y susurrándome el cielo, como hacías antes. A decir verdad, a veces te recuerdo... Y ya no lo hago con ira ni con desprecio. Es un recuerdo bonito, dulce y para nada triste. Lo bueno de no tenerte, y recordarte, es que recuerdo lo que quiero, y a veces incluso me lo invento. Va mas allá de la realidad. En sitios donde nunca hemos estado, sitios que ni si quiera se si existen. Tampoco se explicarte como es imaginarte. La sensación es maravillosa. Son días soleados, felicidad, olor a verano, agua, risas y millones de planes de futuro. Aquellos planes de futuro que se quedaron en simples conversaciones del pasado en un banco. Pero no me importa. Con haber tenido la suerte de compartir grandes y bonitos momentos contigo y poder tener ahora la capacidad de, yo misma, sola, sin ti, continuar la historia... me vale. Me vale con que estés en mí, y me vale saber que un día formaste parte de mi día a día.  





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