sábado, 16 de enero de 2016

Le vrai amour, mon vrai amour.



Vuelves en mí, a estar dentro, aquí muy al fondo y a la vez muy a flor de piel. Es como si tuviera la necesidad de pedir perdón por no haberte dedicado mucho tiempo en este año pasado, como si tuviera culpa por no pensarte 24 horas. Eres tan bella, pero te sentía tan inalcanzable... que por miedo, por desesperación conseguí sacarte de mi cabeza, y bueno, el destino, siempre él. 
El destino hace que volvamos a encontrarnos, que vaya a oler el aroma de tus mañanas, el café de tus atardeceres... y esa luz, esa luz que no se apaga, la tuya. Contigo he aprendido tanto, me diste más de lo que nunca podría haber llegado a pensar, me diste lo que soy ahora, me diste pasiones, metas, fuerza y sobre todo, ilusión. Esta vez, seguramente nos veamos y sea tan corto que las ganas de volver a encontrarnos sean aún mayores... Algún día volveré, y me quedaré en tí, durante un largo y dulce tiempo. Algún día, mi Paris.



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