viernes, 19 de agosto de 2016

Me quedo mi felicidad.

Yo no olvido, olvidar es hacer el tonto. Me guardo las espinas en un saco y las recuerdo por las cicatrices que han dejado en mí, y sigo, a cuestas con mi saco...para no olvidar jamás.
El tiempo no me hace perdonar a otros, me hace perdonarme a mi misma por haber vuelto a fallarme.
No me creo un 'lo siento' salir de la boca de alguien en más de 3 ocasiones ni un 'te quiero' después de un 'no quiero ni verte'. Y es así porque si fuera de otra manera no dormiría ni una sola noche, porque no hay pesadilla más grande en vida que la de ser marioneta. Soy capaz de crear en sueños toda clase de historias, ¿cómo no voy a manejar yo misma mi vida? Antes que ser feliz gracias a otros o por otros, yo prefiero ser. Ser yo, ser dueña de mis sentimientos, de mi futuro, de mi realidad...Y si hay alguien dueño de la felicidad, soy yo mi jefa. Si alguien viene a llevarse tu felicidad para quedarse con ella y dártela en pequeñas dosis a lo largo de tu vida a su antojo, mejor adviértele desde el minuto cero de que tu felicidad no se la lleva nadie, que ni está en venta ni la vas regalando como si fuera un premio por haberse ganado tu confianza. Estoy harta de ver como vamos mendigando nuestra propia felicidad, como nos hacen daño, como nuestros sentimientos están manipulados, cuando lo único que tenemos son nuestros sentimientos y pensamientos...Y seguimos, aún a día de hoy, sin darnos cuenta de que es lo único que verdaderamente podemos controlar, que no depende del exterior.
Nos tomamos la vida en serio como si la vida fuera seria... ¿Cómo va a ser algo serio si tiene fecha de caducidad? Vive, porque es lo único que tienes, el poder de vivir... Y vive como quieras, porque el poder de querer es solo tuyo.

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