Romper resulta siempre un tanto complejo.
Romper significa destruir, para bien o para mal. Es destrozar algo entero para que pase a ser un puñado de trozos sin sentido, pues éstos solo cobraban sentido cuando eran uno.
Relativamente puede ser doloroso y, es relativo, a veces incluso es aliviante.
Romper también puede resultar, en su relatividad, un tanto cobarde. O, quizás nos convierte después en cobardes.
Romper puede ser algo físico pero también abstracto. Creo que las peores rupturas son abstractas. Y...me atrevería a decir que refuerzan a largo plazo.
Sí, romper es complicado. Pero, no como romper a llorar, que es siempre bastante más fácil.
Romper te abre caminos, cierra puertas, te hace pensar, te envalentona, te revienta, te complica, te desequilibra.
Romper, con motivo o sin el, siempre significa...romper.
Y las rupturas,
aún esperadas, aún decididas, aún premeditadas...siempre te tocan en el fondo, un poquito.
Romper
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