sábado, 11 de abril de 2015

Turbulencias

Arden los pies y aún queda mucho por caminar. Atormenta una ebullición de fuego en este músculo tan pragmático lleno de cicatrices curadas, 
dando vueltas, como cantidad de vuelos, como la cantidad de mensajes a un teléfono desconocido.
Explosión de sensaciones,los grumos del cacao, ebullición.
Una tormenta de ideas, como en una pizarra en una clase de iniciativa. Proposiciones subrealistas,
mezcladas con algo agrio, 
hacen olvidar indeterminadamente, y luego vuelve ese estallido. Aparece el ardor, 
dentro... Tan dentro, que se vuelve enemigo, y se transforma en un libro en la mente. Ideas que se quedan en ideas, y más tarde se convierten en un café al sol, y más palabras.
Y es rutina todo esto, turbulencias, arriba y abajo, una atracción vertiginosa. Sacrificios,
cambios como los del tiempo aquí. Y así, cambios de humor,
o no. La costumbre. Todo es costumbre.
Menos esa ebullición, de nuevo. 
Inexplicable. Arde de nuevo, pero queda mucho camino,
un par de pies de plomo. Por si vuelve a llover. El dolor.
Tiempo. Hoy...yo, 

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