sábado, 14 de septiembre de 2013

hula, me la peláis.

Ya me lo decía mi padre desde que soy una cría 'vaya carácter de mierda tienes hija, así no se que chico te va a aguantar', pero también recuerdo cuando me decía 'tienes un corazón de oro'. Y qué razón tenía. Es este contraste, entre el ser la persona más impulsiva del mundo, la que va de dura, de fuerte y a la vez ser lo más débil y frágil que existe, lo que me hace acabar a veces por volverme loca.
Sólo las personas que me conocen bien saben como tratarme, y de hecho hay veces que ni yo sabría como aguantarme. Tengo unos días tan sumamente insoportables que desearía vivir en el mar. Eso que me hace tranquilizarme como nada, lo único que me da paz. Y me lo ha dicho mucha gente 'Deberías controlarte, y contar hasta mil antes de saltar' pero, demostrado, a mis 19 años de edad he sido siempre así y no lo voy a cambiar. Cuando algo no me gusta, salto, chillo, lloro e incluso puedo llegar a liarme a ostias. Vale, y diréis que estoy puto loca, y de hecho si me veis en mis peores momentos, seguro que lo pensáis aún más... Pero lo que nadie ve es lo mal que lo paso después, lo que pienso en los demás, lo que lloro y sobre todo, lo que me arrepiento. Y aquí es cuando decís que soy gilipollas porque debería pensar antes las cosas de hacerlas, y os doy la razón, pero repito una vez más, no puedo. No puedo controlar los impulsos. Creo que me estoy volviendo loca por momentos... Yo os aconsejo que si no queréis formar parte de esta locura, llamada 'MI VIDA' no os acerquéis mucho.


No hay comentarios:

Publicar un comentario