viernes, 3 de junio de 2016

Dorado como el trigo

Centímetros, metros, kilómetros de campo. Campos de trigo creciendo, en horizontal y en vertical. Creciendo y transformándose. El trigo, que necesita suelos profundos, terrenos mullidos y limpios de malas hierbas para crecer en buena dirección, una buena base, como nosotros una buena infancia. Seco, gracias a su alta capacidad de retención, con poco sigue creciendo a pesar de su aspecto aparentemente frágil y descuidado...
Sería el trigo un ejemplo a seguir, una mezcla entre la fuerza y humildad. Será el trigo, que se extiende así como el manto de un mar dorado, la fuente de oro menos reclamada y más valiosa.
El color del trigo se diferencia del resto, en vez de un verde escogió el color dorado y así consigue destacar, ser reconocido sin necesidad de florecer en rosas, en lilas... Algo difícil, arriesgado, pues lo fácil sería ser como el resto, ser uno más. Trigo que consigue ser especial, que consigue ser poesía sin necesidad de ser escrita.

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