viernes, 27 de junio de 2014

el momento nunca vuelve

El problema nace cuando se acaba la ilusión, cuando las ganas se disuelven.
Se fusionan la pasividad y las ganas constantes y progresivas de repatear al mundo en su constante sinsentido. Luchar se convierte en una obligación, en la base del día a día y si digo la verdad... Me pasaría el día viéndolo todo desde la cama, y es que no hay nada fuera que consiga prender esto.
Quema, como el fuego...y ya he dejado de entender, tanto que dejó de importarme, y ahora me da igual. Bueno, siempre preferí pederme. Jugar con y contra el tiempo, escapar, lejos. Nada ni nadie puede pararlo, cuando no hay un incentivo o interés, cuando las cosas se hacen movidos por impulsos, que mas da.
Por suerte hay personas que vendrán al fin del mundo sin juzgar,
desde el corazón.



No hay comentarios:

Publicar un comentario