jueves, 19 de junio de 2014

Siempre nos quedará Paris.

Me tumbaría sobre tus piernas un millón de veces más,
a ver esos ojos,
y me sumergiría en la esperanza de tu mirada.
Jugar con mis dedos en tu pelo toda la noche
y escuchar el silencio a tu lado.
Que me supliques palabras para no dejarme, seguir ahí,
y que el silencio solo lo corte mi risa
y un "que mala eres" de tu voz quebrada.
Que tu pecho guarde una cajita en su interior que se acelera
o que anda siempre a mil por hora. 
Que un beso de mis labios sea capaz de calmar poco a poco
el bombeo de ese motor.
Y tu piel, mi abrigo en la noche... Y tus caricias,
tus caricias me llevan al cielo.
Ven, que la distancia vuelva a ser el humo de los cigarros
entre copa y copa de esas noches
Acompáñame una vez más, vuelve, 
volaremos con los aviones,
con alas de gaviota,
mientras infinitas estelas se cruzan y se cortan allí arriba.












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