miércoles, 2 de septiembre de 2015

Fuck time

El tiempo recorre un espacio en vida que no puede estimarse. No puede estimarse su velocidad, por mucho que existan los minutos, los relojes y los horarios.
La velocidad a la que recorre nuestros días, nuestros años, tan solo puede medirse según la fuerza y las ganas con las que vivimos, no tan solo vale existir, no tan solo es válido pasar los días, como si ganáramos por estar aquí. 
El tiempo solo gana valor cuando recorremos a su lado una serie de secuencias que acaban recordándose o dejando huella. Y, normalmente, la mitad de una vida se queda en secuencias sin-sentido, sin valor.

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