martes, 3 de noviembre de 2015

El arte nace con tu mirada

Entre tantas guerras perdidas, me quedo con esos ojos que me matan, que me nublan la vista...que me hacen pecar. Que duelen, que brillan cada día más, Entre tantas batallas, yo declaro la paz a tu mirar, que me calma, esa dulce mirada me enloquece, me hace suspirar si te vas.
Y es que, entre el viento y esos ojos, queda quieto tu mirar. Reviven, poco a poco las ganas de amar... No es lucha, mas mentiría si dijera que no muero cada día un poco más, si tenerte cerca me mata y me llena de vida como nunca nadie lo hizo jamás. Se invierten las luces cuando me miran tus ojos, con ese brillo que va más allá del horizonte de un mar. Cristal cortando si te vas, si me dejas de mirar, esos ojos déjalos aquí...que nunca dejen de brillar.
Está en todas partes, tu mirada me persigue, me intimida, en ocasiones me hace sonrojar. La tengo en la mente, nunca se va. Siempre acaban encontrando mis ojos, esos tuyos y no sé como parar de mirar. Me envuelven me enredan, me llevan lejos, a veces cerca, solo sé que desde que los vi, solo quiero viajar, pues conocerte es viajar, aprender, sentir.
Hablan y escriben historias esos ojos, producen más escalofríos que el invierno. Espejo del alma, pues limpian dentro todo sentimiento de pánico, cuando se clavan en los míos, tus ojos me dan seguridad... Será porque tienen la misma silueta que la luna y el mismo brillo que las estrellas, así todas las noches puedo verte con tan solo mirar al cielo.
¿A quién le robaste esa mirada? Debería ser ilegal provocar tanto con tu mirar...Y si así fuera seguiría delinquiendo una eternidad.





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