viernes, 8 de noviembre de 2013

Se vende alma

Ellos tienen razón, esa felicidad, al menos con mayúscula, no existe. Pero si existiera con minúscula sería semejante a nuestra soledad.
Después de la alegría viene la soledad, después de la plenitud viene la soledad, después del amor viene la soledad. Ya se que es triste pero lo cierto es que en ese durable minuto uno se siente solo en el mundo.

Sin pretextos, sin abrazos, sin rencores, sin las cosas que unen o separan y en esa sola manera de estar solo ni siquiera uno se apiada de uno mismo.
Hay diez centímetros de silencio entre tus manos y mis manos, una frontera de palabras no dichas entre tus labios y mis labios y algo que brilla así de triste entre tus ojos y mis ojos. Claro que la soledad no viene sola.
A veces no me siento tan sola si imagino, mejor dicho si se que mas allá de mi soledad y de la tuya, otra vez estas tú. Aunque sea preguntándote a solas; que vendrá después de la soledad.



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