jueves, 31 de julio de 2014

Hay un lugar...

No suelo hacer esto muy a menudo, pero hoy vengo a presentaros un lugar maravilloso.
No está muy lejos, aun que para entrar.. la entrada está algo restringida. No puede entrar cualquiera.
No se admiten personajes extraños, de esos góticos o de los que les gustan extremadamente los tatuajes. Tampoco se aceptan a los típicos que la lían ni a los que se lían con todas. No pueden pasar mayores de 25.  Los consumidores de drogas y los adictos a cosas ilegales o insanas también tienen la puerta cerrada.
Los ninis que no se dedican a nada pueden irse y los que no cuidan para nada su imagen también, si no vienen aseados, no se les permite la entrada.

Como veis, hay una lista bastante amplia de restricciones. El dueño puso esas condiciones al ver que ese tipo de gente no hacia ningún bien al entrar a este gran sitio, ya que son personas que no suelen apreciar y cuidar este entorno. Podría decirse que es un lugar único, en el cual las personas que entran suelen enamorarse, y no quieren salir nunca, pero hay veces que cometen alguna falta en este lugar y el dueño se ve obligado a echarles.
Tras todo lo dicho, decir que el resto de personas que no he citado en la anterior lista pueden entrar. Y suele sumar puntos el tener una bonita sonrisa, ser alegre, honesto, divertido, trabajador, responsable, cuidadoso con lo que hace, amable con el resto, tener esa parte tierna pero a la vez tener un punto de picardía. Y sobre todo, saber amar.

Este lugar lleva abierto desde hace más de 20 años, con lo cual se informa de que es imposible, o casi imposible infiltrarse sin ser visto, sin permiso.  Y el dueño, cuando se enfada, no perdona a nadie. Pero también teneis que tener cuidado, por que hay veces que se logra entrar en este sitio pero no se vuelve a salir jamás.


¡Bienvenidos a mi corazón!



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